"Usted no puede predecir el futuro, pero aún así puede multiplicar sus posibilidades de éxito!"
Solemos pensar de forma lineal: trabajamos pensando en alcanzar determinados resultados y nos parece natural que el resultado será obtenido. Así, no nos preparamos para las ocurrencias que no se planean.
Pero la gran verdad es que no tenemos ningún control sobre lo que efectivamente va a suceder. Podemos tener la ilusión, pero ella es revelada cuando los imprevistos suceden. Estos, por no ser previstos, están fuera de nuestro control, generando escalofríos en quienes apostaron por la certeza de que sucedería como planeado.
Cuando hablamos de proyectos, hacer frente a los imprevistos es un gran desafío. En general, si invierte mucho dinero, tiempo y energía para alcanzar los objetivos deseados y no tener éxito con ellos puede ser un gran dolor de cabeza o incluso trágico.
Pero la gran verdad es que no tenemos ningún control sobre lo que efectivamente va a suceder. Podemos tener la ilusión, pero ella es revelada cuando los imprevistos suceden. Estos, por no ser previstos, están fuera de nuestro control, generando escalofríos en quienes apostaron por la certeza de que sucedería como planeado.
Cuando hablamos de proyectos, hacer frente a los imprevistos es un gran desafío. En general, si invierte mucho dinero, tiempo y energía para alcanzar los objetivos deseados y no tener éxito con ellos puede ser un gran dolor de cabeza o incluso trágico.
La Gestión de Riesgos no transmite la ilusión de que va a controlar el futuro, pero actúa minimizando las posibilidades de que las amenazas se concreten y maximizando las oportunidades de las oportunidades de materializarse. Además, la Gestión de Riesgos actúa para minimizar los impactos cuando las amenazas ocurren y maximizar los efectos de una oportunidad aprovechada.
Cuando entendemos que los imprevistos suceden y mantenemos una postura proactiva e inteligente para lidiar con ellos, pasamos a tener la mentalidad de un buen gestor de riesgos.
Por ejemplo, estamos proyectando la exportación de zapatos a determinados mercados, pero ¿qué sucederá si estos mercados disminuyen la demanda o los precios que hemos establecido dejan de ser interesantes? Lo ideal es tener un plan B, donde, por ejemplo, exportar a otros mercados potenciales o explorar mejor el mercado interior.
Trabajar con múltiples escenarios nos deja más preparados. Así, si algo no sale como estaba previsto, una posible amenaza puede convertirse en una oportunidad.
Mantener planes de contingencia y reservas gerenciales (de tiempo, dinero y recursos) es importante por el hecho de actuar para que los riesgos negativos no se materialicen y no generen impactos en el proyecto. Pero tenemos que reconocer que estos, sin embargo, pueden suceder. Y cuando ocurre, necesitamos planes y reservas de contingencia y gerenciales. Cuanto más el proyecto es desafiante e innovador, más son las incertidumbres y, consecuentemente, mayores son los riesgos y la necesidad de las reservas para lidiar con ellos.
¿No sería interesante, en un proyecto que sale de lo previsto, estar preparado, tener la tranquilidad de llegar con la solución? Esto es la gestión de riesgos.
En el libro de Amyr Klink, "Cien días entre cielo y mar", se narra su solitaria travesía del Atlántico durante 100 días en un barquito a remo, partiendo de África a Brasil. Pero lo más intrigante es el planeamiento y su preparación para el viaje. Como estaba haciendo algo pionero, él tuvo que prepararse para riesgos que sólo con mucha investigación y lluvia de ideas se podían anticipar. Sin embargo, los problemas de los más diversos tipos fueron ocurriendo, problemas que fueron fatales para otros que intentaron tal hecho, pero, preparado, él fue adelante. Hoy, incluso, el autor da constantes charlas a grandes ejecutivos exactamente sobre la importancia de prepararse para imprevistos.
La mentalidad de gestión de riesgos es válida para proyectos y también para el cotidiano. Internalizando la mentalidad de un buen gestor de riesgos, pasamos a lidiar mejor con los imprevistos corrientes del día a día, con menor estres, mayor tranquilidad, confianza y, aún, mejorando los resultados de las acciones.
Cuando entendemos que los imprevistos suceden y mantenemos una postura proactiva e inteligente para lidiar con ellos, pasamos a tener la mentalidad de un buen gestor de riesgos.
Por ejemplo, estamos proyectando la exportación de zapatos a determinados mercados, pero ¿qué sucederá si estos mercados disminuyen la demanda o los precios que hemos establecido dejan de ser interesantes? Lo ideal es tener un plan B, donde, por ejemplo, exportar a otros mercados potenciales o explorar mejor el mercado interior.
Trabajar con múltiples escenarios nos deja más preparados. Así, si algo no sale como estaba previsto, una posible amenaza puede convertirse en una oportunidad.
Mantener planes de contingencia y reservas gerenciales (de tiempo, dinero y recursos) es importante por el hecho de actuar para que los riesgos negativos no se materialicen y no generen impactos en el proyecto. Pero tenemos que reconocer que estos, sin embargo, pueden suceder. Y cuando ocurre, necesitamos planes y reservas de contingencia y gerenciales. Cuanto más el proyecto es desafiante e innovador, más son las incertidumbres y, consecuentemente, mayores son los riesgos y la necesidad de las reservas para lidiar con ellos.
En el libro de Amyr Klink, "Cien días entre cielo y mar", se narra su solitaria travesía del Atlántico durante 100 días en un barquito a remo, partiendo de África a Brasil. Pero lo más intrigante es el planeamiento y su preparación para el viaje. Como estaba haciendo algo pionero, él tuvo que prepararse para riesgos que sólo con mucha investigación y lluvia de ideas se podían anticipar. Sin embargo, los problemas de los más diversos tipos fueron ocurriendo, problemas que fueron fatales para otros que intentaron tal hecho, pero, preparado, él fue adelante. Hoy, incluso, el autor da constantes charlas a grandes ejecutivos exactamente sobre la importancia de prepararse para imprevistos.
La mentalidad de gestión de riesgos es válida para proyectos y también para el cotidiano. Internalizando la mentalidad de un buen gestor de riesgos, pasamos a lidiar mejor con los imprevistos corrientes del día a día, con menor estres, mayor tranquilidad, confianza y, aún, mejorando los resultados de las acciones.
Webinar gratuito: Gestión de Riesgo ¿cómo disminuir la incertidumbre en tus proyectos?
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Jueves 13 de Junio de 2019
01:00 p.m. (México, Colombia, Perú).
1 hora con 10 minutos de duración.
Últimos 10 minutos para que los participantes interactúen con el expositor con preguntas en vivo.
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