Imagen de: Dynatrace |
Las pruebas no funcionales se enfocan en validar un sistema o aplicación por medio de sus requerimientos no funcionales, es decir, la forma en que el sistema funciona y no por medio de comportamientos específicos.
Las características no funcionales de un sistema o aplicación con frecuencia se cuantifican en escalas variables, como por ejemplo los tiempos de respuesta en pruebas de desempeño.
El ISTQB establece que la omisión de las pruebas no funcionales puede ocasionar problemas de calidad potencialmente catastróficos luego de la salida a producción, sin embargo, estos tipos de pruebas son costosos, por lo que deben evaluarse los riesgos antes de comprometer los recursos del proyecto.
En este artículo te presentamos 10 tipos de pruebas no funcionales, específicamente las pruebas de usabilidad, seguridad, carga, estrés, volumen, configuración, rendimiento, escalabilidad, recuperación y mantenibilidad.